lo que empezó como una mala epoca se tornó en un estilo de vida sin darme cuenta, no era capaz de tomar el control de lo que sucedía a mi alrededor, y con el tiempo me regí en la repetición. al principio fue normal, es algo que todos sufren eventualmente pero, como todo, hay riesgo cuando algo se consume en exceso.

Todos escapamos alguna vez y nos sentimos mal por ello, sentimos verguenza, derrota y hasta quizas tristeza. Con las derrotas vienen las moralejas, un pilar importante para el desarrollo de uno mismo. Si no aprendemos de la derrota, estamos condenados a sufrir el mismo error y posbilemente intentar escapar de la imponente realidad.

Durante años me rendí ante la realidad, dejé que mi vida se viva por si sola. No fuí lo suficientemente fuerte como para poder tomar el timón y manejar marea arriba, marcar mi sendero, escalar la montaña, correr en... supongo que ya entendés.

En varias ocaciones desperté del trance, lúcido y perdido, intento entender que ya ha pasado tanto, las cosas que cambiaron, los dias que pasaron. Todas cambiando, y yo nunca me había enterado, como si me hubieran congelado, como si volviese del espacio.

Pero no hay caso, en mi despertar me veo a los ojos, frente un espejo, y siempre veo a alguien, no se quién es, pero ese no soy yo. Es mi ''piloto automático'' mi cuerpo vacío. Abandonado por mi incapacidad de tomar responsabilidades, sin opiniones, sin colores, sin temores ni con amores.

Ahí es cuando cuando pierdo la esperanza, me rindo ante mis hábitos y mi mente escapa, esperando que mágicamente mi suerte cambie, esperando a un giro milagroso me saque de este loop.

He tenido chances de virar pero que nunca fui capaz de tomar, chances de ser amado, pero les di la espalda, por miedo a ser rechazado y las que tomé duraron poco, pués mi miedo a mi mismo era tan nocivo, que oxidaba todo lo que me daba brillo. Le tenía cierto amor a mi trance, con él las cosas eran más fáciles, más seguras. Pero cuando me encuentro bajo la luz mi lámpara, reflejado en el sucio espejo de mi baño, me me encuentro con un yo ideal, la versión mas pura de mi ser, un monumento a mi esperanza, apuntándome con un índice juicioso. De él no salen palabras, no es necesario, yo sé exactamente lo que dice.

Hoy aprovecho estos últimos momentos de sol para grabar en piedra mi promesa. En este barco arrastrado por corrientes, me digno a por siemore tomar éste timón, en este mar extraño en el que despierto, para navegar río arriba contra las feroces corrientes que me desafían. No tengo que triunfar en mi travesía, con saber que al menos fui capitán mientras viví, me basta para ir tranquilo al cielo.

Se lo dedico a mi yo del presente y próximo futuro, para que se concentre en lo que importa, para que vuelva triunfant y leas con orgullo, porque todas estas penas quedarán para siempre en el pasado.

Y si fallas, no vuelvas. Te traicionaste a vos mismo.

HAVE A NICE DAY.